Poco o nada importa si eres un rey, una princesa o un pescador.
Ningún ser humano está a salvo.
Cualquiera puede rendirse ante sus palabras.
Cualquiera puede caer de miedo.
Son seres que gritan cada noche y te hacen perder la cabeza.
Este es un mundo donde los monstruos se presentan como dioses.
Donde los dioses aparecen como monstruos.
Cada noche, Michelle se enfrenta a su mayor miedo: el mar.
En sus sueños, ella siempre es devorada por las profundidades de un océano furioso. Este miedo -impuesto por su padre tiempo atrás- esconde un secreto familiar que la llama desde su inconsciente. Le grita que ya es suficiente. Le empuja a descubrirlo antes que sea demasiado tarde y peligroso.
En el agua, Michelle podría encontrar respuestas atrapadas en el tiempo, ocultas por la muerte y protegidas con el silencio. Respuestas que cambiarán su vida y la de muchos otros.